¿Sabe cuál es mi enfermedad? La utopía… Esta es el porvenir que se esfuerza por nacer
Víctor Hugo.
Hace poco, al oír la radio, escuchaba a algunas personas comentando que la pandemia ha sacado lo mejor de los seres humanos. Unos recalcaban el aumento en los cuidados sanitarios, otros la auto-disciplina, pero mi mente quedó resonando cuando mencionaron que lo mejor era el aumento de la empatía y la compasión en la toma de decisiones. Justamente, la situación actual nos ha hecho ser conscientes de nuestro lugar en el mundo y de la importancia que nuestras acciones tienen en la vida de los demás. Hemos podido reflexionar que, como individuos globalizados, nuestras decisiones repercuten en el mundo entero y somos responsables directos de todo lo que decidimos hacer u omitir.
Esta transformación en la forma de actuar se ha dado porque hemos podido aprovechar esta situación para sentipensar el mundo a nuestro alrededor. Es decir, no solamente hemos racionalizado las decisiones que vamos a tomar, sino que hemos tomado combustible de nuestro corazón para poder actuar; pensando desde la compasión, la humildad, el amor, la empatía, entre otros ‘sentimientos’; si les podemos llamar así.
Hoy, interiorizamos las estimaciones de los modelos y de la curva de contagio, pero cuando decidimos quedarnos en casa o no visitar a familiares, lo hacemos no solo pensando en nuestro bienestar, sino en el de ellos. Hoy en día, somos capaces de reconocer que por amor hemos dejado de visitar personas o que por este mismo escribimos mensajes de buenos días cuando no los podemos dar en persona. Es, justamente, por amor propio y por nuestros seres queridos que nos hemos adaptado a esta nueva situación. En un corto tiempo hemos empezado a tomar decisiones pensando en el amor que nace de nosotros, pero ¿por qué no hacer que los sentimientos sean nuestra guía, en unión con la razón, para las decisiones de nuestra vida ahora en adelante?
La situación actual nos ha permitido reaprender sobre la forma en que nos relacionamos con otras personas y con en el mundo. Y, ahora, es el momento ideal para que el amor pueda ser nuestro guía en la vida. Ese ‘sentimiento’, si se le puede llamar así -justamente aquel que nos pudo haber jugado malas pasadas- hoy nos permite conservar la vida propia y de otros, y puede ser aquella raíz que nos permita cultivar una vida con sentido.
El panorama actual nos ha invitado a repensarnos la forma en la que convivimos con el virus. Pero, también, es una oportunidad para analizar la forma en la que vivimos con nosotros mismos. Este es el momento perfecto para desarrollar consciencia de nuestro interior y, así, redefinir el rumbo y los pilares de nuestras decisiones. Hoy podemos tomar las riendas de lo que queremos ser y permitir que el amor, como centro de las virtudes más nobles del ser humano, nos permita desarrollar relaciones y propósitos profundos; completamente llenos de significado. Muchas veces la cabeza le da orden a la vida, pero las emociones le logran dar sentido.
Es aquella utopía, la de ser sentipensantes para la vida, la que anhelo yo.
Por Juan Sebatián Munóz
Comments